
Biografía
Nació en Bogotá- Colombia 1959, actor, director y escritor de teatro, bogotano, refleja esta experiencia en su trabajo como comediante. Luego de tres años de estudio en la Escuela de Teatro del Distrito en Bogota, ocurre entonces un hecho definitivo en la vida de Primo Rojas: su encuentro con el trabajo de Dario Fo. El Nobel de Literatura, 1997, realiza en 1984 una visita a Colombia, presentando varios de sus trabajos en el Teatro Colón de Bogotá.
Una feliz casualidad le permite a nuestro actor asistir a una de las presentaciones de Fo, lo que le causo un impacto semejante al de una epifanía o una revelación. Esta experiencia transformó por completo su visión de lo que era el teatro y, más importante aún, de lo que podía llegar a ser. Utilizando como único recurso su cuerpo y todos sus atributos, el actor y dramaturgo italiano realizaba sobre el escenario una muestra del más excelso arte teatral, cuyo fundamento eran ciertas creaciones medievales de origen popular, de una comicidad que resultaba alucinante, y totalmente chocantes con la tradición clásica y sus refinamientos exquisitos.
A partir de este momento Primo Rojas vuelve la mirada hacia la riqueza del humor popular que, si bien se había utilizado muchas veces en el teatro colombiano, nunca se había empleado a fondo y sistemáticamente, hasta crear una atmosfera, un clima, un mundo estético, lo cual se convirtió desde entonces en el propósito de su trabajo.
La obra de Primo Rojas es un ejercicio de humor negro; su comprensión racional o intuitiva no resulta dolorosa sino divertida, vale la pena decir: liberadora. En su propuesta escénica toda vivencia puede ser transformada en humor, un humor con mucha sutileza, con declinaciones suaves, con curvas amables y giros virtuosos. Los elementos dramáticos utilizados en su trabajo, la degradación, la obscenidad, la crueldad, le sirven para romper todas las paredes taxonómicas, clasificatorias, disciplinarias, que en la parte académica separan los universos popular e intelectual.

Dramaturgía
Mi trabajo se desarrolla a través de la construcción de piezas teatrales en contrastes diferentes a los tradicionales, es una amalgama sociológica que se desnuda desde la propuesta escénica una versión única y contemporánea de la comedia del Arte, partiendo de un estudio riguroso y disciplinado de aquello que somos socialmente generando en el espectador una visión crítica personal de su entorno y de sí mismo como individuo participe de ello. Es una posición estética y de confrontación en conceptos y lugares comunes de la realidad colombiana cómo una confrontación a su propia naturaleza. Partiendo de la simple necesidad que a Colombia siempre le ha hecho falta humor como base fundamental de soportar su realidad. Es un trabajo artístico profesional que claramente contiene en el desarrollo de su montaje escénico una cuota de improvisación necesaria en la comedia, pero el contenido en la línea dramatúrgica está diseñado bajo una estructura sólida, con un trabajo disciplinado guiado por una ética de respeto y responsabilidad con el arte dramático y principalmente con un público que espera un espectáculo de calidad y único. Los personajes que surgen de mi Dramaturgia no son personajes que tengan la finalidad de hacer reír, su finalidad es producir alegría en un corazón que necesita desprenderse muchas veces de difíciles realidades que tiene que afrontar. Siempre me llamo la atención la diferencia y distancia existentes entre la alta cultura y la cultura popular. Esquemáticamente, el espacio de la alta cultura eran los salones de diseño y ambiente clásicos. La cultura popular, especialmente entre las personas jóvenes encontraba su lugar de expansión en lo que genéricamente podemos llamar la calle.
El primero es un espacio muy reglamentado, lo cual no quiere decir que la libertad no exista, y el segundo es un lugar con una reglamentación mínima que permite el florecimiento de una espontaneidad que raya muchas veces con la vulgaridad o la chabacanería, tan intensos como propios de un ambiente cultural, el popular, necesariamente tosco. La pregunta que me formule para mi proyecto general de dramaturgia fue la siguiente: ¿Cómo hacer para unir en una sola expresión sin demasiadas costuras visibles las “dos culturas”? En otras palabras, el problema que me estaba planteando era como llegar una simbiosis “perfecta” donde la materia esencial era el lenguaje en su sentido más amplio: hablado, escrito, actuado. Cómo crear un SER que hablara sin tropiezos, fluidamente y con enorme propiedad como un príncipe académico y un vulgar palurdo, repito, sin que se vieran o percibieran parques y remiendos. Ese ser simbiótico, esa utopía creativa a guiado e inspirado todos mis trabajos, porque de lograrlo, al menos en parte, podría ser enormemente divertido, pues mi trabajo eta concebido como comedia. Ese personaje utópico, por ejemplo, podría convertir fácilmente Página 5 de 7 la tragedia de Sófocles, Edipo Rey, en una comedia con solo un cambio de tono. Me explico: dentro del humor más negro posible, no hay nada más divertido que matar al papá y casarse con la mamá, sin saberlo. En esencia, el oficio de la comedia es transformar la tragedia en broma, y ese cambio de énfasis, de entendimiento, resulta liberador y purificador, en medio de un mundo permanentemente amenazado por la angustia. La “angustia existencial” que llamaban ciertos filósofos franceses.
